El director finlandés Timo Vuorensola recibió un gran aplauso el sábado por la tarde cuando subió al escenario del Friedrichstadtpalast de Berlín para anunciar su nueva producción, que se estrenaba en el Festival de Cine de Berlín. Esto no es algo que ocurra todos los días, pero tampoco es tan sorprendente: como casi ninguna otra película, su película "Iron Sky" no es sólo producto de su equipo, sino también de una comunidad global que contribuye financieramente y con ideas a través de la Desarrollo de Internet.
Así que se enfrentaba a lo que había estado esperando durante seis años. La implementación cinematográfica de una teoría de la conspiración extremadamente cruda finalmente se ha convertido en una realidad. Hecho lejos del gran negocio del cine, porque tal película no puede provenir de Hollywood. La base del material es una tesis que se puede encontrar en la escena esotérica y Truther de que partes del personal administrativo de los nazis con sus mejores ingenieros se mudaron a la región antártica de Nueva Suabia en 1945. A partir de ahí, se dice que construyeron una base en la luna con el Reichsflugplatten construido como un arma secreta, es decir, platillos voladores, donde sus descendientes todavía viven hoy.
Aquí es donde comienza la película. Cuando EE. UU. Realizó otro alunizaje en 2018, aterrizó rápidamente junto a una instalación de producción de helio-3. El astronauta James Washington (Christopher Kirby) es arrestado bajo el supuesto de que un espía de la Tierra está frente a él cuya misión es prepararse para una invasión. El líder en ejercicio Wolfgang Kortzfleisch (Udo Kier) decide prevenir esto con su propio golpe contra la tierra e iniciar inmediatamente su propia invasión, que de todos modos estaba planeada.
A partir de aquí comienza un viaje salvaje, en el que los nazis de la luna aparecen finalmente como un absurdo comparativamente menor. Debido a que su mando de avanzada, el oficial de las SS Klaus Adler (Götz Otto) y la maestra y experta en tierra Renate Richter (Julia Dietze) se están enredando cada vez más en los estrechos enredos entre política y entretenimiento de la campaña electoral de la presidenta estadounidense Jenna Bush ( Stephanie Paul), que lleva el nombre de la hija real del ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, pero por lo demás recuerda más a Sarah Palin. Este último ve en última instancia la guerra contra la nueva amenaza como la base ideal para su reelección.
“Iron Sky” establece estándares en varios aspectos. Los productores demuestran de manera impresionante que se puede hacer cine palomitas de alta calidad independientemente de los grandes estudios convencionales y de los altos presupuestos. Con sólo 7,5 millones de euros consiguieron crear imágenes que no tienen nada que envidiar a las elaboradas producciones de ciencia ficción.
Una pieza de cine basura extremadamente divertida que se las arregla sin el humor cómico abusado y que a veces lleva al espectador sutilmente, a veces con un mazo, a Absurdistan. En nuestras latitudes, la película se estrenará el 5 de abril y sus creadores deben tener la certeza de que no solo los pequeños cines de autor se encargan de ella, sino que también las grandes salas de cine tienen el coraje de mostrar a sus visitantes el resultado de una noche espeluznante en un Presente sauna finlandesa.