Los bancos prefieren que utilice un cajero automático en lugar de hablar con un asesor bancario.
Los supermercados quieren que te ayudes a ti mismo en lugar de hablar con un cajero.
McDonald's quiere que ordenes tus comidas en sus terminales y no hables con un empleado.
Los funcionarios públicos le piden que consulte en línea en lugar de hablar con un representante en persona.
Ahora tenemos teléfonos que facilitan no hablar con nadie. ¿Irónico?
Las redes sociales hacen que sea más fácil permanecer en el anonimato y no rendirle cuentas a nadie.
Los patios traseros son cada vez más pequeños, por lo que no hay espacio para que jueguen los niños.
Los juegos de computadora son cada vez más interactivos, por lo que no es necesario jugarlos con personas "reales".
Se pierde la imaginación porque disminuye la interacción con los demás.
Nuestras aventuras se viven en línea en lugar de vivirlas de primera mano.
Así que no es difícil entender por qué las habilidades sociales están decayendo.
La ansiedad y el aburrimiento aumentan.
Las opiniones antisociales cobran impulso porque perdemos la capacidad de pensar libremente para tomar nuestras propias decisiones.
Nos convertimos en víctimas de nuestra propia tecnología...